Este blog pretende contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la cultura y de la sensibilidad territorial ante las múltiples manifestaciones de agresión y deterioro a que se ven sometidos los paisajes como consecuencia de actuaciones frecuente y deliberadamente insensibles con la calidad y los recursos que los identifican.


Desea significar el compromiso de la Geografía y de los geógrafos con la defensa de la calidad de los territorios
y

de las buenas prácticas en el ejercicio de la acción pública y en sintonía con los objetivos y principios contemplados

en el Manifiesto por una Nueva Cultura del Territorio.


Planteado también con fines didácticos, se concibe como un documento aplicable a la docencia, así como un espacio de encuentro, comunicación y debate con los estudiantes y profesores de Geografía, y con quienes se interesen

por la evolución y los métodos de esta disciplina, por la utilidad e importancia de la información geográfica,

por su dimensión aplicada y por las políticas relacionadas

con la Ordenación, el Gobierno y el Desarrollo del Territorio.


sábado, 4 de septiembre de 2010

La desigual protección de los espacios polares: graves amenazas se ciernen sobre el Ártico

El Polo Norte codiciado


Los espacios polares constituyen ámbitos naturales de gran importancia en la estructura de la biodiversidad natural y en la preservación del equilibrio climático de la Tierra. Son áreas particularmente sensibles a los impactos de las actividades humanas y siempre han sido percibidos como lugares a preservar tanto por su riqueza ambiental como por las implicaciones que derivarían de su alteración para el conjunto del planeta. Plenamente justificado está, por tanto, el interés que deben merecer las directrices que orientan las actuaciones llevadas a cabo en los extremos helados de la Tierra, pues su valor trasciende sin duda al estricto ámbito de referencia.


De 1959 data la firma en Washington del Tratado Antártico - un "Tratado de paz y cooperación" - suscrito por 12 países, a los que después se han sumado mucho más, hasta abarcar una relación de 46, entre ellos España. Desde el principio el Polo Sur se concibió como un espacio de interés mundial, ajeno a los conflictos de intereses entre Estados y como un compromiso ambiental de escala planetaria, dado el valor de los procesos naturales que en él tienen lugar. El Tratado ha sido contundente en la prohibición de que en el área se lleven a cabo investigaciones relacionadas con el armamento nuclear y en el establecimiento de los criterios aplicados al desarrollo de la labor científica por parte de los países con instalaciones destinadas a este fin. Posteriormente, y en coherencia con esta línea, se adoptó en Madrid, en 1991 el Acuerdo de Protección Ambiental, que considera a la Antártida como Área de Conservación Especial, obligando a los países implicados a una estricta regulación de las actividades realizadas, que han de ser objeto de evaluación regular e información abierta, con el fin de impedir todo riesgo de impacto o actuaciones lesivas para el entorno. En suma, se ha llegado en este caso a la configuración de un potente y efectivo sistema de protección (Antartic Treaty System) que supone una garantía sólida desde el punto de vista científico, técnico y político.


En cambio, numerosas y graves son las amenazas que afectan la preservación ambiental del Ártico, la zona de la Tierra más sensible al calentamiento global. Bastaría recordar el propósito de la reunión mantenida en mayo de 2008 en Groenlandia por Rusia, Estados Unidos, Canadá, Noruega y Dinamarca, motivados por un objetivo común: la negociación para llevar a cabo una distribución de las áreas de influencia en el Polo Norte, ante la posibilidad de que el aprovechamiento de sus recursos energéticos y mineros pudiera ser potenciado al amparo de las interesantes perspectivas propiciadas por la situación del mercado (competitividad de precios) y por la reducción de la masa helada que hasta ahora habia constituido un obstáculo a los trabajos de prospección.


Es así como de la fiebre del oro que históricamente atrajo a miles de personas a los territorios cercanos al Polo Norte se ha apoderado de las grandes empresas en nuestros días la obsesión por hacerse con las reservas de gas natural y petróleo que, equivalentes a cerca de la cuarta parte de las que aún quedan por descubrir, se localizan en el Ártico. Dos grandes perforaciones han sido ya acometidas por la firma escocesa Cairn Energy en la costa de Groenlandia con total aquiescencia de los responsables políticos de la isla. Únicamente Greenpeace ha manifestado hasta ahora su oposición a tal iniciativa. Se echan de menos otras voces muy beligerantes no ha mucho contra el calentamiento global.


Fuente: Agencia Gubernamental Americana de Investigación Geológica


El proceso de explotación a gran escala está aún en sus inicios pero todo parece indicar que, dependiendo de la coyuntura económica, su desarrollo no es alejado en el tiempo. En este contexto, y a diferencia de lo que sucede en el Polo Sur (aunque también en este caso surgen advertencias respecto al incremento de la corriente turística que afecta al área), da la impresión de que la existencia del Consejo Ártico, creado en 1996 y del que forman parte los ocho países cuya plataforma continental enlaza con el Polo Norte, no va a introducir los mecanismos de salvaguarda y protección, de carácter restrictivo, aplicados en el caso de la Antártida. Más bien se ha limitado a respaldar no tanto las investigaciones científicas de carácter conservacionista como los estudios de valoración de los recursos existentes y de las posibilidades abiertas para el desarrollo de la navegación en un territorio donde el deshielo propicia la apertura y continuidad de rutas marítimas rentables. Todo parece indicar que para el Polo Norte la suerte está echada ante la indiferencia de la comunidad internacional.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...