Este blog pretende contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la cultura y de la sensibilidad territorial ante las múltiples manifestaciones de agresión y deterioro a que se ven sometidos los paisajes como consecuencia de actuaciones frecuente y deliberadamente insensibles con la calidad y los recursos que los identifican.


Desea significar el compromiso de la Geografía y de los geógrafos con la defensa de la calidad de los territorios
y

de las buenas prácticas en el ejercicio de la acción pública y en sintonía con los objetivos y principios contemplados

en el Manifiesto por una Nueva Cultura del Territorio.


Planteado también con fines didácticos, se concibe como un documento aplicable a la docencia, así como un espacio de encuentro, comunicación y debate con los estudiantes y profesores de Geografía, y con quienes se interesen

por la evolución y los métodos de esta disciplina, por la utilidad e importancia de la información geográfica,

por su dimensión aplicada y por las políticas relacionadas

con la Ordenación, el Gobierno y el Desarrollo del Territorio.


jueves, 27 de enero de 2011

La crisis del modelo murciano: advertencias desatendidas


Las fuertes tensiones sociales que han afectado en las últimas semanas a la Región de Murcia responden a factores estrechamente ligados a la profunda crisis del modelo de crecimiento y de política territorial llevado a cabo por su gobierno autónomo desde hace años. Analizarlo en profundidad permite entender de qué manera los procesos de transformación del espacio asociados a una visión cortoplacista del desarrollo y sin otras directrices que las que amparan la búsqueda de la máxima rentabilidad en el plazo más corto posible acaban provocando situaciones de prosperidad más aparentes que reales, que de pronto se difuminan cuando el contexto en el que esa forma de entender la política pública queda desvanecido porque, en esencia, constituye más una dinámica artificial que realmente efectiva, y sobre todo modelada por intereses que no son precisamente, a largo plazo, los de la comunidad.


Si la mayor parte del litoral mediterráneo español, desde Andalucía a Cataluña e incluyendo las Baleares, es, con muy pocas excepciones, víctima de esta tendencia y ofrece al observador las manifestaciones más escandalosas del urbanismo depredador que pudiera percibirse en las costas europeas, posiblemente el caso murciano se singulariza dentro de este panorama agobiante porque las prácticas acometidas, y en un espacio particularmente sensible desde el punto de vista ambiental, acentúan aún más la gravedad de los impactos derivados de unas estrategias irresponsables y sin visión sólida de futuro.


Lo que sorprende es que las advertencias no se tuvieran en cuenta. Con motivo de lo sucedido recientemente, he vuelto a consultar el informe que, con el expresivo título "El otro estado de la región", fue dado a conocer en 2006 por uno de los espacios de análisis, reflexión y debate a escala regional más rigurosos de cuantos existen en España. Se trata del Foro Ciudadano de la Región de Murcia, nacido con el siglo XXI y que nunca ha escatimado esfuerzos para poner al descubierto las múltiples deficiencias de la gestión pública en esa comunidad autónoma, donde antaño, y como se cantaba en la zarzuela La Parranda, “resplandecía de hermosura toda la vega murciana”, mientras hoy asistimos a una crisis de gran intensidad que ha dado al traste con el discurso triunfalista dominante para poner ante los ojos de propios y extraños una realidad en estado acusadamente crítico.


Bastaría con leer las interesantes reflexiones sobre Vivienda, Urbanismo y Transporte que se recoge en el Informe señalado para darse cuenta que nada de lo que sucede era difícilmente previsible. Con todo, la consulta de la documentación elaborada por el Foro desde sus orígenes constituye un acervo documental de gran utilidad tanto metodológica como práctica.


lunes, 24 de enero de 2011

Importancia y significado de la Regeneración Urbana Integrada

El Barrio de la Mina, en Barcelona, un caso significativo de Regeneración Urbana


Plan Integral del Polígono Sur de Sevilla. Plan Integral de Actuación


Ya he hecho referencia en este blog a la celebración del Congreso Nacional de Medio Ambiente ("Ahora más que nunca"), que tuvo lugar en Madrid a finales del pasado mes de noviembre. Entre las sesiones celebradas, una de las más interesantes, y a la que tuve la oportunidad de asistir, fue sin duda la dedicada a la Regeneración Urbana Integrada, concepto esencial ligado a la práctica urbanística de tratamiento integral - con criterios y objetivos de recuperación social, económica y ambiental - de espacios urbanos en situación crítica. Tanto las experiencias analizadas como la expresividad de los ejemplos planteados sirvieron para transmitir un mensaje de confianza en la actuación racional, equilibrada e integradora tanto sobre la ciudad como en los espacios de uso industrial, que no debiera ser pasada por alto.


Por esa razón hay que agradecer a SEPES, la Sociedad Española de Promoción de Suelo Industrial, dependiente del Ministerio de Fomento, la deferencia que ha tenido al colgar en la red las distintas intervenciones planteadas en aquel encuentro y aqui recogidas en una serie de videos. Es un documento valioso, de gran utilidad teórica y práctica, cuya consulta aconsejo.



Poniendo en Práctica la Regeneración Urbana Integrada




domingo, 23 de enero de 2011

El Nuevo Compromiso Social Verde: ¿proyecto, mito o realidad?

Se puede adoptar la actitud que se quiera, pero resulta difícil permanecer indiferente ante una propuesta que, planteada con la mejor de las voluntades, merece ser atendida en estos momentos en los que las opciones de salida a la crisis no parecen tan satisfactorias como algunos pretenden, redundan en los mismos argumentos que la han provocado y, lo que es más grave, amenazan, si no lo han hecho ya, con acentuar la brecha que separa a los privilegiados de los excluidos. Y éstos abundan ya en demasía, sin perspectivas que animen a una mejora de la situación.


Soy consciente de que las alternativas no son fáciles ni, menos aún, se deben basar simplemente en los buenos propósitos. Hay quienes, escudándose en el escepticismo, afirman que conviene huir de las buenas palabras y de las mejores intenciones, con el argumento de que son simples frases hechas, meros brindis al sol, aunque también estamos hartos de comprobar hasta qué punto los que así hablan se muestran incapaces de apuntar sugerencias constructivas y consistentes en la dirección contraria, para al final quedar situados en la confortable indolencia de la resignación.


Por tanto, y frente al escapismo al uso, ¿cómo ignorar el empeño manifestado por aquellos representantes del poder local, alcaldes y concejales, que defienden la idea de “un nuevo compromiso social para salir de la crisis, basado en la creación de empleo verde, la lucha contra la corrupción, el ahorro energético y el consumo y producción locales de bienes y servicios”? Situados como estamos ante una crisis en la que confluyen los impactos sociales, económicos y ambientales, es evidente que, en función de las interacciones que se producen entre ellos, las acciones adoptadas desde cada una de estas perspectivas deben ser analizadas y valoradas en la medida en que permitan salir del abismo y del desconcierto en que nos encontramos. Sería también, pienso yo, una excelente oportunidad para motivar a esta sociedad nuestra tan desencantada como necesitada al tiempo de referencias políticas en las que depositar sus esperanzas y también su confianza.


Fotografía de Sandra Asenjo


Esta es una de las conclusiones principales a las que se ha llegado en el encuentro que sobre el Nuevo Compromiso Social Verde (Green New Deal) ha tenido lugar en Madrid el 22 de enero, con el fin de analizar la aplicación de sus principios en las políticas municipales, dimensión esencial de la acción institucional con implicaciones directas en la configuración y funcionamiento del espacio público.


Concretar estas posiciones en un discurso articulado, coherente, viable y atractivo para la ciudadanía es un reto de gran magnitud, cuyas posibilidades están aún por definir. Conocemos únicamente algunas de las líneas maestras en las que se apoya este compromiso, insistente en la necesidad de incluir criterios de contratación verde y comercio justo al tiempo que defiende “la lucha contra la corrupción a través de la transparencia, la ética y la participación social en todas las administraciones y políticas públicas, así como la reducción del clientelismo en bienestar social, primando políticas que favorezcan la autonomía de la persona y ofreciendo servicios en lugar de ayudas económicas".


Como puede verse, estamos ante un discurso que suena diferente del habitual, que saca a la luz problemas irresueltos, que denuncia y trata de corregir malos hábitos enraizados en la vida pública, que preconiza un modelo distinto, en el que queda todavía mucho que discutir. Un modelo, en efecto, abierto a la polémica y a la clarificación de ideas y, sobre todo, de estrategias. Pues de ello precisamente se trata y en ello reside su interés: en servir de marco de atención y referencia para la búsqueda de nuevas formas de gestión en el ámbito local.


sábado, 22 de enero de 2011

Comentarios que invitan a la reflexión


Y, de paso, ¿porqué no echar un vistazo y poner el oido a las interesantes reflexiones de Manuel Delgado en torno a los temas que nos ocupan?


miércoles, 19 de enero de 2011

Urbanismo para náufragos: la atención al "último ciudadano"

"Náufragos" en Barcelona (foto del autor, 2006)

Frente a la ciudad ultracompetitiva y rutilante, frente al modelo de crecimiento insaciable, irracional y sin valoración de sus impactos sociales, frente a la cultura del despilfarro y la ostentación banal, frente a la lógica de la exclusión y del “sálvese quien pueda”, se impone otra forma diferente de entender las realidades urbanas contemporáneas. Se impone la visión de la ciudad como espacio de residencia y de relación de las personas, como ámbito de convivencia e integración, como escenario abierto a la práctica urbanística concebida con criterios que respeten y plasmen en el espacio el reconocimiento inequívoco y fehaciente de los derechos humanos.


Ahí es nada: los derechos humanos como paradigma en la perspectiva de la gestión territorial. ¿Es posible encontrar algo más convincente en esta época donde priman actuaciones y directrices que sistemáticamente los conculcan? Ese es el empeño que han tratado de plasmar en un libro Pablo Gigosos y Manuel Saravia, ambos arquitectos y de reconocida trayectoria en la defensa de un modo de plantear la arquitectura y la ciudad con visión humanista y solidaria. En esta ocasión lo han reflejado en la obra que ayer fue presentada al público en un acto de la Asociación Cultural Ciudad Sostenible de Valladolid, a la que pertenezco y de la que habitualmente voy dando cuenta en este blog (16.4.2010 y 15.12.2010).


Son tan pocas y excepcionales las oportunidades que en Valladolid existen para comentar y debatir sobre temas que realmente interesen a la gente (y me imagino que en otras tantas ciudades sucede lo mismo) que iniciativas como la que comento merecen ser reseñadas. Y en esta ocasión lo es por partida doble: por el compromiso que los autores han hecho siempre a favor de un urbanismo sensible con los problema de la sociedad, y porque nunca se profundizará suficientemente en lo que debe significar la lucha en pro de un modelo de ciudad que afronte y, en lo medida de lo posible, resuelva los problemas que estructuralmente la aquejan y que no son otros que los que afectan a los ciudadanos residentes en ellas, y que hoy son ya mayoría en la humanidad.



Pablo Gigosos, Manuel Saravia y Susana Ordóñez


El libro presentado lleva un título tan descorazonador como provocativo: “Urbanismo para náufragos” (Fundación César Manrique, 2010). Y está bien que así sea porque, en efecto, el motivo que lo justifica es más que pertinente. Se basa en un objetivo primordial: analizar de qué manera los derechos humanos – es decir, los que emanan de la Carta suscrita por Naciones Unidas en 1948 - se reflejan en la práctica urbanística, a sabiendas de que su cumplimiento lleva a valorar y a entender la ciudad de otra manera. Y para ello nada tan expresivo como partir de la referencia que en este contexto proporciona la figura del “náufrago”, es decir, del ciudadano que “ocupa el final de la fila”, del último en la estructura de una sociedad jerarquizada donde las jerarquías introducen desigualdad y, por tanto, situaciones de flagrante discriminación en el respeto que merecen sus derechos como ser humano.


La reflexión está clara a juicio de los autores, pues ellos mismos formulan la pregunta “¿Qué es lo más conveniente para el último ciudadano?”, para llegar a la siguiente respuesta: “si adaptamos la ciudad para que atienda también al último ciudadano, será mejor para todos”. Respetar a este ciudadano, en congruencia con el reconocimiento del valor que tiene el derecho a la ciudad - en el marco de una “ciudad para todos”, como afirmaba Pierre Genestier, - lleva a anteponer un Urbanismo B(ásico) al Urbanismo A(berrante) que prevalece en el modelo organizativo de las relaciones de dominación y exclusión que rigen los vínculos sociales en el mundo contemporáneo.


Plantear esta reflexión pormenorizadamente a través del análisis e interpretación de los once derechos que amparan a quien reside en las ciudades, de modo que todos puedan acceder a ellos sin barreras ni segregaciones, es sin duda un ejercicio tan necesario como saludable en una época en la que, como tituló hace tiempo un excelente número monográfico de Le Monde Diplomatique (nº 13, 1991), “la ville partout, et partout en crise” (la ciudad en todas partes, y en todas partes en crisis).


Y es que la ciudad es, bien lo sabemos, el ámbito de todas las contradicciones y donde las situaciones de conflicto nunca aparecen definitivamente resueltas. De ahí el interés y la utilidad de este tipo de reflexiones que, vistas desde la Geografía, nos remiten a las grandes aportaciones de Peter Haggett o David Bunge, por más que tampoco quepa ignorar el alcance que en términos espaciales pudiera reconocerse a las ideas centrales - "la justicia como equidad" o "la razón pública" como "la razón común de todos los ciudadanos" - que emanan de la Teoría de la Justicia, una de las grandes obras del pensamiento del siglo XX, de John Rawls.



sábado, 15 de enero de 2011

La Ciudad de la Cultura de Galicia: ¿la soberbia petrificada?

Foto: Paisajes Españoles

Todos los epítetos elogiosos se han quedado pequeños para identificar lo que, en las palabras de sus promotores y gestores, significa o puede significar la conocida como la Ciudad de la Cultura de Galicia. Se trata de un complejo faraónico, espectacular, diseñado por Peter Einsemann, que, al fin, inicia su andadura como contenedor de actividades culturales de toda índole en una de las atalayas que se yerguen frente a Santiago de Compostela. Ambicioso y descomunal, concluye así - aunque quedan aún pendientes de construir varios edificios de los previstos - un proyecto arquitectónico iniciado en 1999 por voluntad del Gobierno de Galicia, presidido a la sazón por Manuel Fraga Iribarne, que, al lanzarlo a los cuatro vientos, no cabía en sí de gozo, mientras contemplaba desde el Monte do Gozo - muy cerca de donde se ha instalado la cosa - un horizonte de esplendorosas expectativas, de relumbrón garantizado, ante las que nada se ponía por delante. Otros tiempos, otras ambiciones, otras certezas, otras sensibilidades. Eran tiempos en los que las Comunidades Autónomas pensaban que todo el monte era orégano y que los endeudamientos de entonces no iban a condicionar la feria de las vanidades en la que se habia convertido aquel país alegre y confiado, que de pronto se ha dado cuenta de su cruda realidad, a la que habrá de acostumbrarse por mucho tiempo.


Ha sido un tema recurrente, abierto a reflexiones y comentarios de todo tiempo, en la historia gallega de los últimos años. Acercarse por Santiago, algo muy recomendable siempre, significaba, a mi me ha ocurrido en varias ocasiones, pasar un buen rato oyendo hablar de esa iniciativa, ya sea mediante improperios mayúsculos ya con valoraciones más o menos entusiastas ya con escepticismo y desdén. Pero a nadie dejaba indiferente, entre otras razones porque el costo ha sido desbordado respecto a las previsiones iniciales (duplicado, hasta alcanzar los 300 millones de euros), porque su impacto en el paisaje es sobrecogedor y porque la eficacia del uso que se pueda hacer de él está sumida en la mayor de las incógnitas. Ahora habrá que dotarlo y mantenerlo. Macroedificiosos silentes, pozos sin fondo.


Tras doce años de obras, ruidos y comentarios, la Ciudad de la Cultura acaba de abrir sus puertas. Su puesta en marcha ha consistido simplemente en la inauguración de una biblioteca y un archivo, de los que ya disponía suficientemente Galicia. Buen momento, pues, para la reflexión autorizada. Y nada mejor que las reflexiones , expresivas y contundentes, con las que nos deleita, informa y asombra el Dr. José Fariña Tojo, profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid. Natural de Santiago de Compostela, sabe de lo que habla.


Es la razón por la que invito a la lectura de su texto ("Locura en el Monte Gaiás") , que, a diferencia de los turiferarios con botafumeiro que beben de las fuentes del palacio de Raxoi en la plaza del Obradoiro, sede de la Xunta de Galicia, revela seriedad, cultura, profesionalidad y sentido del territorio.



domingo, 9 de enero de 2011

La Naturaleza agredida siempre pasa factura: la erosión de El Limonar de Málaga

Según el Plan de Prevención de Avenidas e Inundaciones (Junta de Andalucía, 2002), en la región andaluza existen 428 puntos de riesgo. El problema afecta al 56 por ciento de los municipios andaluces y al 60 % de la población

Cuando la catástrofe natural afecta a un territorio, la gravedad de sus manifestaciones se acentúa allí donde las intervenciones humanas no tienen en cuenta, con la debida capacidad de prevención y cautela, los niveles de riesgo existentes. La Naturaleza es hermosa. Espectacular, nunca dejará de sorprendernos, pero también es cierto que sus elementos van asociados a amenazas e impactos que provocan destrucción y, en ocasiones, gravísimas pérdidas de las que no están ausentes las vidas humanas. Experiencias reveladoras de la tragedia las tenemos por doquier y basta con analizar en profundidad cualquiera de ellas para percatarse de hasta qué punto la modificación irracional de los procesos naturales, siempre bajo la égida de la codicia, de la falta de escrúpulos y de la irresponsabilidad que conlleva la visión de los rendimientos a corto plazo en detrimento de lo que haya de suceder en el futuro, acaba pasando factura inexorable. La perspectiva aberrante del “pan para hoy y hambre para mañana” tan letal como la que plantea que “el que vengas atrás que arree” ocasiona los problemas que todos conocemos y que se reiteran aquí y allá como si las advertencias detectadas no sirviesen para nada.


Las fuertes lluvias que este invierno han afectado a Andalucía han traído consigo destrucción, dolor y sentimiento de impotencia para las numerosas comunidades afectadas. La tragedia vivida en la ciudad sevillana de Écija, que ha padecido nada menos que cinco inundaciones en tres meses, y de la que tampoco se han visto libres otros núcleos del Valle del Guadalquivir, como Aguilar de la Frontera, Bujalance o Lora del Río, entre otros muchos, requiere un estudio a fondo de los motivos que explican la magnitud de la catástrofe ante el convencimiento de que seguramente tiene que ver con actuaciones que, producto de los comportamientos antes mencionados, nunca se plantearon qué podía ocurrir si las aguas alcanzaran el nivel que han alcanzado, algo nada improbable en un país como España tan expuesto a las irregularidades pluviométricas a lo largo de su historia.


Y es que cuando la investigación resulta rigurosa, las conclusiones no tardan en aflorar. De ahí la referencia que considero pertinente a propósito de las observaciones apuntadas por el Dr. José Damián Ruiz Sinoga, profesor de Geografía Física de la Universidad de Málaga, que ha puesto en evidencia los efectos desestabilizadores que desde el punto de vista natural está ocasionando la construcción de una urbanización de alto standing en la zona de El Limonar, próxima a la capital malagueña. En ella este profesional de la Geografía ha llevado a cabo un serio trabajo de campo, que ha puesto al descubierto resultados demoledores. He tenido conocimiento del tema a través de la prensa y lo traigo aquí a colación por dos motivos: porque es un ejemplo representativo de lo que pasa cuando no se valoran adecuadamente las características del territorio y porque es al tiempo una prueba fehaciente de la utilidad del trabajo bien hecho por parte de los geógrafos.



sábado, 1 de enero de 2011

La arquitectura revisada


Al tiempo que envío los mejores deseos en el año 2011 a cuantos visitan este blog y se interesan por lo que él se dice, aprovecho también la ocasión, con la intención de comenzarlo con buen pie, para recomendar la lectura de un interesante artículo ("Rosas en invierno") publicado por el arquitecto Luis Fernández-Galiano sobre el sentido de los cambios previsibles en el panorama arquitectónico y, por ende, urbanístico y territorial de nuestro tiempo.

No cabe duda que la crisis en que nos encontramos sumidos no va ser inocua ni trivial desde el punto de vista que aquí nos interesa, el socio-territorial. Muchos paradigmas y modelos de gestión están siendo sometidos a revisión, a medida que se comprueban sin paliativos los costes provocados durante una etapa en la que las expectativas presagiadas, tan henchidas de voluntarismo como de inconsciencia del largo plazo, no se corrrespondían con las que honestamente podían permitir la realidad y las posibilidades con que se contaba. De ahí la urgencia de reflexionar sobre ella y sus ineludibles implicaciones territoriales. Se imponen, ya era hora, la autocrítica y la valoración de los rumbos en los que conviene enmarcar los nuevos procesos que configuran las realidades espaciales en que nos desenvolvemos. Buena oportunidad para comenzar el año abriéndonos a nuevas perspectivas que pronto, quizá, dejarán de ser meras especulaciones para convertirse en ejemplos palmarios de una forma diferente de entender lo que vemos y sentimos.

Léanlo. Merece la pena.

Y, de paso, tampoco estaría de más echar un vistazo a las propuestas recogidas en la exposición , a la que precisamente alude Fernández-Galiano en su artículo, y que con el expresivo título "Small Scale, Big Change: New Architectures of Social Engagement" está teniendo lugar en el MOMA de New York. Se trata de un claro ejemplo de hasta qué punto con las pequeñas cosas se pueden realizar impresionantes transformaciones.



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